Una de mis alumnas me ha preguntado si los ejercicios que se aprende en mis cursos y tutoriales o en los talleres se pueden vender.
Es una pregunta interesante que plantea muchas dudas y focos de debate, porque la línea entre tomar referencias, copiar y plagiar, no está del todo clara en el arte.
En este artículo quiero contarte mi punto de vista para que puedas tomar una decisión que para ti sea la más correcta y con la que puedas sentirte en paz.
Las influencias cuando empiezas a pintar
En mi opinión, al principio de nuestra carrera como artistas o creadores, nuestras obras están tremendamente influenciadas por nuestras referencias y por los profesores o tutores que nos han enseñado las habilidades que estamos desarrollando. Esto es normal ya que no tenemos un criterio propio ni un proceso creativo definido.
Así que no te sientas culpable, ni con poca validez, si lo que pintas aún no son ideas propias. Estas aprendiendo, y necesitas copiar para aprender, no sólo lo técnico, sino también para descubrir lo que te gusta y cuales son tus fuertes.
La obra es mucho más que la ejecución
Si tienes la inquietud de vender tus obras, esto está diciendo mucho de lo que está despertando en ti el arte, una necesidad de compartir y de expresarte, lo cual es fantástico.
Pero como estás empezando, quizá aún no sepas que una obra no es solo la ejecución, no es solo el pintar, sino que detrás hay todo un proceso, unas decisiones que en este caso el profesor o el tutor ha hecho por ti, como el tema, la composición, la finalidad de lo que estás pintando.
Las decisiones para lo que has aprendido, es el profesor o tutor quien las ha tomado para guiarte en el aprendizaje. Por lo tanto, los ejercicios y proyectos que pintas a partir de un libro, un curso o un tutorial, no te pertenecen del todo, porque aunque la ejecución de pintar si la hayas hecho tú, no has participado del proceso completo de la creación.
Sin mencionar que los contenido de los cursos, tienen una finalidad didáctica, así que muchas veces el alma de la obra queda en segundo plano.
Hay veces que hay profesores que no solo enseñan el ejercicio o el proyecto, sino también el proceso, es mi caso, yo intento guiar a los alumnos en el proceso, invitándoles a pensar, en qué cambios pueden hacer en la elecciones durante el proceso, para que el resultado te pertenezca un poco más.
Tienes que copiar el proceso para empezar a crear obras propias, pero no los resultados.
¿Qué se podría considerar un proyecto propio?
Pongamos un ejemplo:
Imagina que has aprendido a pintar un estampado de margaritas de color lila. Si decides cambiar el color de las margaritas a amarillo para hacer unas postales, eso no sería una creación propia.
Pero si dices que quieres hacer unas postales para el verano, porque en tu pueblo hay unos campos de girasoles muy chulos y buscas cómo pintar girasoles, o aún mejor, te acercas a los campos de girasoles a hacer fotos, y observar las flores, entonces empezarás a hacer tus propias elecciones y diseños, y ya estás en el camino de crear algo que es de tu autoría.
Aunque parezca muy sutil, ese cambio en la mirada y la intención, con la misma estructura y proceso que has aprendido al pintar margaritas, y utilizando las técnicas y los método del profesor, ya no es una copia, ya empieza tener dentro tus decisiones y tu intención.
El proceso es esencial para desarrollar tu creatividad y habilidades propias. No tienes que tener prisa por vender tus obras, date el espacio para encontrarte un poquito más en tu mirada, tus elecciones y tus gustos.
El arte es un proceso continuo de aprendizaje, creación y expresión. Poco a poco, irás encontrando tu estilo propio y tus propias ideas.
¿Qué pasará si vendes algo que no es de tu autoría?
Más allá del tema ético, quizás la consecuencia más grave de vender una práctica o un ejercicio en que no has puesto parte de ti, es el impacto en la percepción que tendrás sobre ti, tu arte y tu valía.
Piénsalo por un momento ¿Por qué quieres vender un diseño o una creatividad que no es tuya?
- Quizás piensas que tú no puedes generar ideas originales.
- Quizás piensas que lo que pintan tus profesores es bonito y le gusta a la gente, y por eso se venderá, pero lo que tú pintas no vale la pena.
- O crees que lo que importa en las obras es el resultado, y que eso de proceso es una chorrada.
Sea como sea, vender arte no es una tarea fácil, poner un precio justo y que las personas estén dispuestas a pagarte suele tener sus propios retos.
Imagina lo difícil que será defender o argumentar una obra que no entiendes y no ha nacido de ti.
Y si al final lo consiguieras, algo en tu interior te hará sentir como un farsante, poco creativo, incapaz de crear algo que guste a los demás, lo cual además de ser una gran mentira, afectará a tu autoestima, y con esta sensación en el cuerpo, es muy difícil crecer y evolucionar como artista o ver el valor en lo que hacemos.
Si por un casual ya has hecho una venta de este tipo, no pasada nada, no lo sabías, nadie te lo había explicado, y ahora ya sabes que tus proyectos necesitan incluir un poco más de ti.
El resultado final que vendas, será satisfactorio cuando parta de tus propios procesos, decisiones y elecciones, algo que verdaderamente refleje quién eres como artista y creador, algo que puedes vender con orgullo y que verdaderamente te pertenece.
Espero que este post te ayude en tu camino de encontrar tu voz artística y empezar a vender tu arte con confianza.
Un abrazo,
Annel Vare